GEISHA

Geisha: La Apuesta que Nos Cambió el Mapa

Quiero contarles un secreto que nace en el corazón de nuestra finca. Después de más de 50 años sembrando café comercial, donde mi abuelo solo pensaban en volúmenes y no en sabores, mi primo Santi, mi hermano Juan José y yo decidimos jugárnosla toda por algo que sonaba casi a locura: sembrar café Geisha.

Imagínense lo complejo. Cuando le dijimos la familia que queríamos cambiar hectáreas de café tradicional por este tipo de grano, casi les da un infarto. "¿Geisha? ¿De qué están hablando?", nos decían con esa mirada de "estos pelados se volvieron locos". Pero nosotros teníamos el hambre de revolucionar, de demostrar que en esta familia no solo se cosecha café, sino que se reinventa.

La transición no fue color de rosa. Cada peso invertido era un argumento que teníamos que defender. Discusiones eternas en la mesa del comedor, gráficas, estudios, comparativas. Queríamos demostrar que podíamos pasar de ser simplemente productores a ser artesanos del café.

Santiago, con su ingenio de agrónomo , Juan José con su pasión por la administración , y yo con mi locura por los sabores, formamos un trío imparable. Convencer a la familia fue como escalar un nevado: paso a paso, con determinación y mucha paciencia.

Hoy, cuando pruebo un grano de nuestro Geisha, siento que cada taza cuenta una historia. No es solo café. Es la prueba de que cuando una generación cree en algo, puede transformar toda una tradición familiar.

El Geisha que hoy cosechamos es más que un producto. Es un mensaje: el café no es solo lo que vendes, es lo que sueñas.
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